Esta cámara de resonancia intercultural, que contiene al viex maroc de imperialismo español, francés, inglés, "americano", de independiencia y nacionalismo, y al joune maroc de cosmopolitismo sexual y social, de insularidad política y religiosa, de narcisismo masculino estilo medio-oriental, de aventura femenina estilo euroamericano, dentro de una historia con poco argumento y menos moral, deja a uno, o al menos me dejó a mí, con la sensación de haber oído una gran historia de enorme importancia sin estar seguro de qué era exactamente lo que se estaba contanto y por qué se me estaba contando justo a mí en ese momento, un viajero en una misión indefinida que se había dejado caer por casualidad.
Pasado y presente. Oriente y Occidente. El yo y el otro. Deseo y dominación. Cuánto decimos, como dice Hofmannsthal, al decir "crepúsculo".